miércoles, 9 de marzo de 2011

¿Es justa la censura a Presunto Culpable? Me temo que sí, a menos que...

Texto en proceso.

Puntos a discutir:
  • El documental Presunto culpable retrata la triste realidad de la justicia en México y las bases endebles con las que se imparte.
  • Presenta información suficiente para formar una idea objetiva sobre los casos del protagonista Antonio y el "antagonista" Víctor.
  • Sin embargo, lo que motiva a la acción a un espectador de un documental con pretensiones de cambio, no son los hechos crudos sino la manera en que se abordan en un relato dirigido a las emociones del espectador. Es aquí donde la estructura del documental tiene graves defectos, debidos probablemente a la juventud e inexperiencia de sus realizadores.
  • Usando los términos de texto y subtexto, el texto trata el caso de Antonio Zúñiga, su detención arbitraria, su absurdo juicio y su injusto encarcelamiento. En el subtexto se presenta de manera descuidada el caso de Victor Reyes, la principal víctima, primero de asalto en el que es asesinado su primo. Luego de aislamiento y tortura por parte de los judiciales y su participación forzada en la fabricación de un culpable.
  • Sin decirlo explicitamente, en varias tomas se da a entender que Víctor es el culpable de la encarcelamiento de Antonio. Tan es así que asó lo interpretan varios periodistas que han comentado el documental y su posterior censura. Víctor es presentado en el subtexto como el antagonista de Antonio. De manera no explícita se deja pasar una invitación al linchamiento.
  • El video es la razón por la que uno de los jurados del tribunal superior decide invertir 8 horas en convencer a sus colegas de la necesidad de cambiar el veredicto. La noción de que sólo un porcentaje mínimo del mensaje llega a través de las palabras y lo demás es lenguaje corporal, queda confirmado. Por lo tanto es clara la necesidad de juicios orales en vivo y no en papel como se acostumbra en México.
Independientemente de que realmente haya sido la defensa Víctor Reyes el originador de la censura, o que haya sido utilizado para tener una justificación legal de la misma (después de todo, el retrato del sistema jurídico mexicano), tiene todo el derecho a exigir que se suspenda la exhibición del documental, porque aunque no lo dice explícitamente, en el subtexto hay un llamado al linchamiento, que se podría haber prevenido con un manejo un poco más profesional y maduro del caso.

Por supuesto, hay el riesgo de que ese tratamiento haga el documental un poco menos taquillero. Riesgo que puede ser fácilmente superado con manos más experimentadas. Si hacemos un análisis del relato, como lo propone Robert McKee en su libro Story (se nota que acabo de asistir a su seminario), podemos distinguir claramente las partes del documental que invitan a la acción en la dirección equivocada.

Si los productores del documental están dispuestos a asumir su responsabilidad y de acuerdo a un código de ética periodística y documentalista más alto, hacen una edición menor para corregir estos defectos, entonces el documental pasaría de ser interesante a excelente. Entiendo que ya hay miles de copias en cinta. Lamentablemente el descuido tiene su precio. Con los $50M
de pesos que se han recaudado pueden hacerlo sin problema.